martes, 26 de febrero de 2013


La abducción

Por: Mtra. Georgina Sánchez Medrano


Teoría abductiva de Charles Sanders Peirce
Peirce afirma que todos los seres humanos tienen la capacidad de conjeturar, donde el razonamiento en cuestión proviene de lo aceptado anteriormente a lo que se podía esperar. Esto quiere decir que todos los integrantes de la sociedad pueden extraer información de su semiosfera para resolver cualquier problema que acontezca en dicho contexto; a este singular acto de la tendencia a fundar una hipótesis a partir de información que se encuentra en la semiosfera Peirce la nombró abducción.
[…]La abducción […] aumenta las posibilidades de que exista suficiente afinidad entre la mente del razonador y la naturaleza sobre la que se conjetura de manera no totalmente inútil considerando que cada conjetura se restringe al compararse con la observación [...]La mente busca alguna conexión entre dos de los tres universos de la experiencia el de las ideas, el de la realidad en bruto y el de los signos.[1]

Este método parte de una anomalía inesperada, para ir hacia un grupo de premisas verdaderas o falsas, la mayor parte de las cuales son aceptadas. A menudo, de las deducciones extraemos fuertes intimaciones de la verdad, sin que podamos especificar qué circunstancias observadas nos llevaron a tales indicaciones, esto se debe a que estamos regidos por leyes y normas que forman parte de nuestros hábitos y no son percibidos como instrucciones, ya que se encuentran implícitos en nuestras conductas debido a los procesos de formación académica y cultural.
La deducción abductiva se confunde con el juicio perceptivo sin ninguna línea de separación delimitada entre ellos; o, en otras palabras, nuestras primeras premisas, los juicios perceptivos, deben entenderse como un caso extremo de deducciones abductivas, de las que difieren por estar absolutamente más allá de la crítica.[2]
La abducción da los recursos necesarios al diseñador para adelantarse a las posibles objeciones que limiten la interpretación del receptor. No hay que olvidar que los datos obtenidos de la abducción son una hipótesis, sin embargo, son prueba de la veracidad, ya que parten de una problemática real que motiva a buscar ciertos datos.
Peirce parte en su método de los hechos observables, no siempre apreciados a primera vista, para realizar una hipótesis, ésta nunca se postula sin tener hechos que ayuden a formularla; con base en conjeturas se propone, se prueba y se conjetura de nueva cuenta. Según el modelo se revisa sistemáticamente cada una de esas posibilidades; cuando son probables varias explicaciones se examinan prueba tras prueba hasta que una sea suficientemente convincente.
La abducción parte de los hechos sin, al principio, tener ninguna teoría particular a la vista, aunque está motivada por la idea de que se necesita una teoría para explicar los hechos sorprendentes. La inducción parte de una hipótesis que parece aconsejarse sin, al principio, tener ningún hecho particular a la vista, aunque necesita de los hechos para sostener la teoría. La abducción persigue una teoría. La inducción anda buscando los hechos sugiere la hipótesis. En la inducción el estudio de la hipótesis sugiere los experimentos que sacarán a la luz los verdaderos hechos a los que la hipótesis ha apuntado.[3] […] La dificultad, podría decir no estriba en encontrar la solución, sino en reconocer como solución algo que parece como si fuera un paso previo hacia ella […][4]

M. Bonfantini clasifica la abducción, dependiendo de su grado de aplicación de información abducida, en tres tipos:

1.- Cuando la ley o el sistema de mediación se da de forma automática o semiautomática. Lo mencionado anteriormente se refiere a cuando se compila la información ya dada por plantilla desde hace mucho tiempo en una sociedad para resolver X problema.

2.- Cuando la información o solución a un problema se adopta por selección dentro del conjunto de leyes o sistemas disponibles en la enciclopedia del saber de la época. Su aplicación al problema abre un nuevo campo de explicación.

3.-  Cuando la mediación viene ex novo, inventada. Una nueva solución para un problema ya existente o también para un problema nuevo.

La cuestión está en dónde, cómo y de que forma se extrae la información, y como ésta es utilizada para solucionar cualquier tipo de problema. Resolver necesidades de comunicación de una manera creativa, va más allá del pensamiento común, ya que éste debe alejarse de las reglas existentes para solucionar problemas ya identificados. Debido a que las soluciones actuales han perdido su efecto ante el receptor; hay que renovarlas, ya que fueron absorbidas por el sistema cultural con el paso del tiempo y pasaron a formar parte del imaginario colectivo. Es necesario buscar alternativas o respuestas no asociadas con las ya existentes, si no de otra forma se caería en la creación de tautologías no eficaces.
[…] la abducción resulta así una creación, pues ofrece una ley nueva o una nueva relación entre leyes y casos, y un descubrimiento, por que revela la forma más adecuada, en ultima instancia la verdadera para un momento y un lugar determinados, de resolver el caso problemático.[5]


[1] Vid. Sebeok. Sherlock Holmes y Charles S. Peirce. P. 30.
[2] Ibid. P. 34.
[3] Vid. C.S. Peirce. Collected papers. S/P
[4] Brand,  citado por Ángel Herrero en Semiótica y creatividad, P. 68.
[5] Ángel Herrero, Lógica y creatividad. P.16.