viernes, 29 de junio de 2012


Actos del habla J.L. Austin 

Acto locutivo, acto ilocutivo y acto perlocutivo


Por. Georgina Sánchez Medrano 




 
J.L. Austin explica tres actos del habla por los cuales se pueden realizar acciones, que superan la sintáctica y semántica del lenguaje y no se expresan meramente como oraciones o proposiciones, más bien son actos sociales. Estos tres actos de habla son: el acto locutivo, el acto ilocutivo y el acto perlocutivo.

1.- Acto locutivo, para Austin (2010:140) es el acto de decir algo, equivale a expresar cierta oración, con cierto sentido y referencia, es similar a un “significado”. Para profundizar en su estudio y aclarar las diferencias con los otros dos actos del habla Austin divide al acto locutivo en tres subactos: el acto fonético, el acto fático y el acto rético.
El acto fonético consiste meramente en la emisión de ciertos sonidos que se consideran parte de los sonidos lingüísticos, el acto fático consiste en la emisión de ciertos términos o palabras, y el acto rético consiste en utilizar los términos o palabras con cierto sentido y referencia, más o menos definidos, es decir un enunciado, ya que no se permea del contexto ni de las circunstancias (Austin:142). Estos tres actos son implicativos y evolutivos entre sí, es decir no se puede realizar uno sin el anterior; el acto fático siempre tiene que ser consecutivo de un acto fonético y el acto rético siempre tiene que consecutivo a un acto fático.


Ejemplo:
Acto fonético: El sonido fónico de: María sigue enferma
Acto fático: El sonido con cierta intención y entonación: ¿María sigue enferma?
Acto rético: La persona que emite el enunciado pregunta si María sigue enferma.



J.L. Austin dice que realizar un acto locutivo, es realizar un acto ilocutivo, ya que el enunciado es emitido dentro de un contexto, el cual le da un sentido. Se puede decir que pronunciar una palabra o un enunciado sin ninguna intención no tiene sentido alguno. Aunque así fuera, la emisión de una palabra o un enunciado es hecha, por un individuo posicionado en un espacio y tiempo definidos, estos tienen injerencia en el enunciado emitido, siendo este permeado por el contexto en el que se encuentra posicionado. El acto locutivo siempre precederá a un acto ilocutivo y a un acto perlocutivo.

2.- Acto ilocutivo, es el acto que se realiza al decir algo; son actos públicos y socialmente reconocidos. Es decir son acciones que un individuo puede reconocer cuando presencia un acto que contenga elementos que se puedan tipificar con el acto reconocido. El acto ilocutivo, se puede expresar o hacer explícito mediante un lenguaje, en algunas ocasiones tiene lugar una palabra específica (fórmula realizativa) para hacer obvia la acción a los demás y la puedan reconocer. Existen otros tipos de actos ilocutivos que no tienen una fórmula realizativa, pero se dan por medio de la significación de los elementos locutivos, a este tipo de actos ilocutivos se les llama indirectos (Récanati en Lozano, Peñamarin e Abril, 2009:221).

Por ejemplo, se puede realizar el acto ilocutivo de prometer de forma directa e indirecta:
De forma directa se puede decir: Yo te prometo que seremos amigas siempre.
Y de forma indirecta se puede decir: Tomaremos té hasta que seamos viejitas.

Para saber de que tipo de acto ilocutivo se trata, hay que determinar, la manera en que se usa el enunciado y el sentido que le da el individuo que lo enuncia. El sentido de un enunciado se puede determinar por medio del contexto. El contexto es un elemento necesario para el acto ilocutivo, sin el contexto, no se puede determinar el sentido del enunciado, ya que no existen elementos que lo doten de fuerza o intención. Si un enunciado careciera de contexto, el acto de habla efectuado, sería un acto locutivo y no ilocutivo, ya que sólo tendría un significado y un sentido ambiguos, y no reuniría, el requisito de sentido preciso, que requiere un acto ilocutivo.

Las características principales de un acto ilocutivo son: 1.- Es socialmente reconocido, 2.- Al ser explicitada una acción por un individuo, se espera del que la enuncia cumpla con ciertos aspectos, como: a) Un comportamiento pertinente, al momento de decir el enunciado; b) El sentir un compromiso o ciertos sentimientos, antes y después de hacer la enunciación, y c) Que tenga la intención de cumplir el acto; 3) Debe de estar insertado en un contexto, que le de un sentido y significado claro, y 4) Tiene una respuesta convencional.

El acto ilocutivo produce consecuencias en ciertos sentidos, en otras palabras, según J.L. Austin (2010.163) su efecto consiste en provocar la comprensión del significado y la fuerza de la locución. Así, como un acto ilocutivo tiene una formulación convencional, también sus efectos son un tanto convencionales, ya que no tienen más que una o dos variantes de efecto. Estar concientes de que la característica básica del acto ilocutivo es la convencionalidad, tanto en su formulación como en sus efectos, evitará confusiones con el acto perlocutivo.

3.- Acto perlocutivo, son los actos que se producen o se logran, por decir algo, son las consecuencias de este mismo acto, son los efectos reales que se le atribuyen al enunciador. El acto perlocutivo, se realiza mediante el uso de recursos no convencionales, para lograr una consecuencia en el enunciatario. No existe fórmula alguna para lograr X efecto en el enunciatario, el efecto deseado se puede lograr por medio de un sinfín de maneras. J.L. Austin subraya que la mayoría de los actos perlocutivos tienen secuelas más que objetos, dicho de otra manera, casi nunca llegan al objeto preciso que se desea y se obtienen otros efectos que no corresponden directamente a los deseados.
La marcada insistencia de J.L. Austin, en señalar los medios no convencionales, para lograr un acto perlocutivo, deja abierta la puerta para detallar como se pueden lograr estos tipos de actos, por medio de un lenguaje visual. 


Bibliografía





Austin, J. (2010): Cómo hacer cosas con palabras, Paidós, Madrid.

lunes, 4 de junio de 2012


Factibles agrupaciones semánticas 
del mercado objetivo (Target) 

Por. Georgina Sánchez Medrano
Maestra en Artes Visuales 



El marketing centra su atención en los mecanismos de estabilización y desestabilización que constituyen órganos culturales, que son aquellas metadescripciones de norma social que dividen la base de creación de nuevos textos, estimulando la generación de constructos socialmente aceptados y restringiendo los textos mal vistos.   
La intención de crear un mensaje es trasladar la información del destinador al destinatario; lo más deseable es que no se pierda información ni cambie el sentido del texto y la recepción de este sea idéntica a lo que se trasmite.
Debido a lo anteriormente mencionado se busca conocer la mayor cantidad de características del auditorio al que va orientado el anuncio, ya que además, sólo en la consciencia de éste se puede realizar plenamente el entendimiento de lo que se quiere transmitir, del satisfactor que se publicita, así como el conjunto de indicadores interrelacionados para dar cuenta de la respuesta actitudinal emergente en un contexto dado. Cuando no coinciden los códigos del remitente y del destinatario, el texto del anuncio se deforma en el proceso de decodificación del receptor. 
Ya que el anuncio influye en el destinatario y transforma su fisonomía, se asume que el grupo de personas al que llamamos mercado tiene ciertas características, por lo tanto se divide y clasifica por grupos estandarizados con base a aspectos geográficos, demográficos, psicográficos y de beneficios de producto. (Beltrán y Cruces. 2006)
Segmentación geográfica: esta agrupación se realiza partiendo de las particularidades del lugar donde vive el mercado meta, características climatológicas de este lugar y estilo de vida donde habita el posible comprador. Son consideradas estas características del mercado, ya que la zona donde vive influye en el desarrollo de su cultura; qué comen, cómo se visten, cuáles son sus costumbres, cómo ven la vida y valoran los objetos. El creador de un texto con base en estas características tiene una idea más cercana de qué motiva al comprador para adquirir cierto producto.

Segmentación demográfica: debido a que la semiosfera cambia con el tiempo, remarca la brecha generacional, haciendo evidente los eventos que marcan la vida del target; se identifica la edad y el sexo del posible consumidor, estado civil, número de hijos, nivel socioeconómico de acuerdo al AMAI que incluye: los bienes que posee, automóvil, casa, departamento, electrodomésticos,  contrato bancario, ingresos por familia, cuántas veces realiza viajes de vacaciones y qué lugares visita, etc. Este código se impone a la conciencia del auditorio y se vuelve una norma de su propia idea sobre sí mismo, trasladándose del dominio del texto a la esfera de la conducta real de la colectividad cultural.

[…] un código de valores indiciados […] una invención perpetuamente nueva. Así pues, nos las tenemos que ver con un estatus de clase y con diferencia de clases […] un puro sistema de oposiciones estructurales.   (Baudrillard.2005)

Segmentación psicográfica: todo texto no sólo se caracteriza por un código y una intención a comunicar, sino también una orientación a determinado tipo de individuo poseedor de un determinado “yo”, “ello” y “super yo”, así como una memoria colectiva. Indica la forma de ser o estilo de vida  del consumidor, dividiendo al mercado con base en sus necesidades más íntimas; temores, deseos, prejuicios y valores; con referencia al enfoque del VALS (values and life style) creado por el Instituto de Investigación de la Universidad de Stanford. 

[…] el hombre como objeto semiótico-cultural […] Precisamente posee la capacidad de tener realizaciones diversas, desarrollas y estimuladas por toda la historia de la cultura, se hallan en la base de las numerosas acciones comunicativas y culturales del hombre. (Lotman. 2009)
Segmentación por beneficios: esta clasificación se focaliza en explicar por qué el consumidor prefiere el producto, qué beneficios le otorga la compra del producto anunciado y por qué piensa que es el mejor para satisfacer su necesidad o deseo.

La funcionalidad de los objetos modernos se convierte en historicidad del objeto antiguo […] no cabe duda que no es el tiempo real, sino que son los signos, o indicios culturales del tiempo, lo que se recupera en el objeto […] ser autentico en un sistema cuya razón no es, de ninguna manera, la autenticidad, sino la relación calculada y la abstracción del signo. (Baudrillard.2005)







Bibliografía
Beltrán y Cruces  (2006)  Redacción publicitaria, Trillas, México
Baudrillard (2005)  El sistema de los objetos, Siglo XXI, México
Lotman (2009)  La semiosfera II, Cátedra, España.